Piedras del camino

Hay días en que me levanto en la mañana y quisiera borrarlos de mi calendario, pero que no los puedes evitar y estarán ahí por siempre contándote su historia, guardados en la memoria de tu disco duro, y te miras al espejo y ves en tu rostro una arruga que no estaba ayer y recuerdas que no compraste la crema anti arrugas que te recomendó una amiga, o una cana que te recuerda que los años están pesando ya en tus recuerdos… y en tu cuerpo.

Hoy no estoy en esos días en que me gusta edulcorar las palabras (como si del café de la mañana se tratara ese que tomas a diario y si te falta no soportas ni tu sombra), no quieres utilizarlas prefieres el silencio que guarda tus pensamientos y que sabes te dice que la vida no es ese jardín de rosas sin espinas que te pintan en los retratos los pintores. Hoy quisiera ser Einstein y como él tratar de construir la máquina del tiempo y borrar de mi calendario unos de esos días que queremos olvidar, quitar esas piedras del camino para que nadie tropiece con ellas, pero que sabes es imposible están ahí para que caigas con ellas una y otra vez, y te das cuenta que no puedes hacer nada para que otros tropiecen, porque dicen que es parte de la enseñanzas que te da la vida tropezar y caer una y otra vez como si los humanos todos fuéramos masoquistas y viviéramos a base del dolor, y solo de el aprendemos … joder ...

Dejaría de escribir estas palabras que algún día tal vez me parecerán absurdas al leerla, si solo por un minuto desaparecieran esas piedras del camino...y la sociedad ya no me pareciera un sitio lleno fantasmas y extraterrestres…

Mi esperanza es que un día desaparezcan las rocas que se cruzaron en mi camino.