Hay un ave de rapiña que se empeña
De comer de mis restos abandonados,
Una habitación cada vez más pequeña
Donde guardo los recuerdos acumulados.
Una jauría de lobos que le aúllan a la luna,
Un lamento que se pierde junto al viento,
Estrellas que no proyectan luz alguna,
Un corazón que olvido su juramento.
Busco una salida a mi sufrimiento,
Rompo las barreras de mi atadura,
Mas no hallo solución, ni escarmiento…
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